domingo, 24 de agosto de 2014

La tarea del movimiento antroposófico: verdad, saber y ejercicio

La tarea del movimiento antroposófico
         
El movimiento antroposófico es una corriente espiritual que se remonta a tiempos prehistóricos, una corriente íntimamente vinculada a la dirección de la evolución de la humanidad por entidades espirituales superiores.
En la ciencia espiritual antroposófica instaurada por el  filósofo, conferencista y escritor Rudolf Steiner (1861-1925) hablamos de las jerarquías espirituales superiores, dándoles los nombres plenamente de acuerdo con los que ya figuran en la enseñanza del antiguo filósofo Dionisio  el  Areopagita:
Las entidades de la primera jerarquía Serafines, Querubines, Tronos; de la segunda jerarquía  Dominaciones, Virtudes, Potestades y de la tercera jerarquía Principados, Arcángeles, Ángeles.
Al coro de los Arcángeles pertenecen las siete entidades que alternan con períodos de tres siglos a tres siglos y medio, como conductores de la evolución de la humanidad y cuyas fuerzas, por otra parte, están en íntima relación con las peculiaridades y fuerzas espirituales planetarias:
Micael  Sol; Orifiel  Saturno; Anael  Venus; Zacariel  Júpiter; Rafael  Mercurio; Samael  Marte; Gabriel Luna, siendo el Arcángel Micael el regente de la Inteligencia del Sol. Toda la inteligencia humana se debe a Micael. Las fuerzas de estos siete arcángeles influyen de un modo determinante sobre la evolución de la humanidad, y los distintos períodos de su regencia llevan el sello de dichas  fuerzas.

Hemos dicho que la corriente del movimiento antroposófico tiene su origen en tiempos prehistóricos, y ahora hemos de agregar que su impulso espiritual los recibe del Arcángel Micael, principalmente durante los períodos de su regencia, pero también en el curso de la evolución histórica en general.  Esto también significa que el destino – el karma -- de los hombres relacionados con el movimiento Antroposófico, a través de sus distintas vidas terrenales, se vincula con la evolución del “Principio Micael” en el curso de los siglos y siglos.

Aristóteles por Rembrandt
Alejandro Magno por Rembrandt
Remontándonos en la historia encontramos que el penúltimo período de la regencia de Micael coincide con la cultura griega de los siglos, V, IV, III a.de JC,  época que incluye el tiempo de Aristóteles y Alejandro Magno. En muchas oportunidades ha sido señalada por Rudolf Steiner la importancia de Aristóteles, cómo asimismo lo realizado por Alejandro, para el movimiento antroposófico. El aristotelismo ejerce una extraordinaria influencia sobre toda la filosofía posterior, y juega un rol preponderante en la filosofía escolástica del Medioevo.

Tomás de Aquino
Una expresión que señala el rumbo de la cultura de nuestros tiempos ha de tomar, se halla, según Rudolf Steiner, en el interrogante que Tomás de Aquino –el gran escolástico y también representante de la corriente micaélica- nos ha legado. Él pregunta: ¿Cómo ha de desarrollarse el pensar humano para ascender a la visión del mundo espiritual? Steiner también la formula de esta manera ¿Cómo podrá el pensar humano cristianizarse, identificarse con la esencia del cristianismo?

Dos milenios después de la regencia de Micael en la época de Aristóteles y Alejandro, la evolución de la humanidad entró en un nuevo período micaélico a partir del año 1879, al haber terminado una regencia del Arcángel Gabriel. En esta nueva época de Micael, el movimiento antroposófico adquirió configuración exterior en la Sociedad Antroposófica.

En el año 1902 Rudolf Steiner aceptó el cargo de Secretario General de la Sección Alemana de la Sociedad Teosófica, fundada en 1875 por H.S.Olcott, pero lo asumió con la condición de absoluta libertad de enseñanza. Realizó su propia enseñanza espiritual en el marco de esta Sociedad hasta 1912, y luego la continuó en la Sociedad Antroposófica que en ese mismo año se fundó, con miembros en Alemania, Austria, Suiza y otros países europeos, como asimismo en otras partes del mundo.

La actividad de la sociedad se extendió y prácticamente llegó a abarcar todos los campos de la vida humana, destacándose la pedagogía con la fundación en 1919 del Colegio Waldorf de Stuttgart, Alemania, con su cuerpo docente  elegido por Steiner mismo; la medicina, con clínicas y laboratorios especiales; la agricultura con el sistema biológico-dinámico; la actividad artística –principalmente el nuevo arte de la euritmia; la arquitectura con la construcción del Goetheanum en Dornach Suiza, como sede central de la Sociedad Antroposófica y la Escuela Superior Autónoma para la Ciencia Espiritual: El primer Goetheanum totalmente de madera sobre fundamento en concreto, destruido por el fuego en la noche del 31 de Diciembre de 1922 al 1º de Enero de 1923; y el nuevo grandioso edificio actual construido en cemento armado.
Como impulso de singular importancia para la futura evolución de la civilización humana, hay que mencionar las ideas expuestas por Rudolf Steiner en su libro “Los Puntos Esenciales de la Cuestión Social en la vida del presente y del futuro” editado  en 1919 y cuya versión castellana tiene el título El Nuevo Orden Social.

En la Asamblea de Navidad de 1923 se le dio a la Sociedad Antroposófica una nueva forma, constituyéndola como Sociedad Antroposófica General, manteniéndose la sede central en el Goetheanum en Dornach, Suiza, pero con Sociedades regionales y grupos autónomos en todas partes del mundo. Rudolf Steiner llamó entonces la atención sobre la necesidad de profundizar el carácter esotérico del trabajo Antroposófico y de la vida humana en todos sus aspectos. El primer punto de los Principios de la Sociedad Antroposófica General expresa lo siguiente:

La Sociedad Antroposófica será una asociación de personas que desean cultivar la vida del alma en el individuo y en la sociedad humana sobre la base de un verdadero conocimiento del mundo espiritual.

Esto nos dice que la fuente de todo es el conocimiento del mundo espiritual; también podríamos decir: todo cuanto por su vida y su obra Rudolf Steiner ha dado a la humanidad. Si lo acogemos y lo estudiamos fluyen las fuerzas respectivas en nuestra alma, como fundamento de nuestro pensar, sentir y querer. Y esto nos conduce a unirnos en sociedad con los que también lo viven. De esta manera la Sociedad Antroposófica constituye el núcleo, como el germen del que nace el impulso para ir transformando la civilización humana. De ello se infiere que el trabajo de la Sociedad Antroposófica principalmente ha de buscar la fuerza espiritual que cada uno de sus miembros pueda desarrollar en sí mismo; y que el éxito de lo que realice la sociedad como tal, dentro de la cultura de nuestro tiempo, ante todo depende de dicha fuerza. Dicho de otro modo:

La Antroposofía no es, en primer lugar, objeto del mero saber; antes bien, debe crear conceptos espirituales en el individuo y fomentar el desarrollo anímico-espiritual del ser humano, con el fin de formar los hombres capaces de resolver los graves problemas de la actual civilización. Mucho sobre este tema expone Rudolf Steiner en la conferencia El Misterio del Doble – Medicina Geográfica pronunciada en Saint Gall, Suiza, el 16 de Noviembre de 1917.
Aspectos particulares de nuestro trabajo Antroposófico en la Argentina se derivan de las condiciones geográficas, en doble sentido: habitamos un territorio que pertenece al hemisferio occidental, como así mismo al hemisferio austral.
Con respecto al hemisferio occidental Steiner revela en esta conferencia secretos absolutamente ignorados por las ciencias y la humanidad en general de nuestra época. Se trata de hechos cuyo conocimiento resulta imprescindible para juzgar la situación particular en que nos encontramos, como así también en lo concerniente al aspecto científico de la medicina.
En cuando al hemosferio austral, ha de considerarse como un deber insoslayable penetrar con nuestro sentir y nuestro pensar en el profundo problema que radica en la relación directa éntre las estaciones del año y las fiestas anuales de la cristiandad, como asimismo el obrar de las entidades arcangélicas como Rudolf Steiner lo describe en:

Las almas de los pueblos y el misterio de Gólgota, Berlín, 30 de Marzo de 1918.
La Octava Esfera. Los Elohim, Lucifer, Ahrimán  y el Principio Crístico, Dornach 11 de Marzo de 1921.
Imagen Cósmica de los Arcángeles. Dornach 13 de Octubre de 1923.


Francisco Schneider.       Buenos Aires, 1984,   para Epidauro Editora



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